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Uno de los primero Atlantes de cuna humilde

EL ORIGEN

Los llanos de la colonia Condesa y la Nopalera; allá por los rumbos de Tacubaya en la Ciudad de México, fue el lugar donde comenzó la historia de uno de los equipos más viejos e importantes del futbol mexicano en los primeros años del siglo: El Atlante Futbol Club.

Era el mes de abril de 1916 cuando un grupo de jóvenes, inspirados por las hazañas del club España, decidieron formar un su propio equipo de futbol.

Los líderes de aquellos jóvenes que darían origen a lo que hoy conocemos como el conjunto azulgrana eran los hermanos Refugio y Trinidad Martínez, originarios de Querétaro, quienes junto a un grupo de amigos decidieron formar su equipo.

Agustín, Cosme y Luis Pérez, Fernando "Patadura" Rojas, Guadalupe "Ciego" Hernández, Constantino y Juan Estofían, Daniel "Abogado" Oliva, José y Luis Romero "Los Capulines", Gregorio "Iracheta" Hernández, Alfonso Zapata Gutíerrez, Antonio "Black" García y Jesús y Alejandro Corona, son el resto de los futbolistas que en ese entonces dieron vida al equipo Sinaloa, llamado así por ser el nombre de la calle donde este grupo de jóvenes solía reunirse.

Aquel equipo comenzó a jugar con balones de papel, la cuna azulgrana era tan humilde que no podían darse el lujo de gastar los 14 pesos que costaba por esos años una pelota de futbol, es más, llegaron a utilizar balones que ellos mismo armaban de la padecería de las pelotas que tiraban los del club España. En esos años los balones eran inflados a puro pulmón, sin ayuda de bombas.

Esos fundadores eran obreros, casi todos de fábricas textiles. Había algunos que incluso jugaban con sus uniformes de trabajo y descalzos, para no desgastar sus zapatos del diario. Sus grandes rivales de la época fueron el equipo Tacubaya y la Condesa, vecinos del naciente conjunto azulgrana.

El Atlante de los cuarentas

DEL SINALOA AL ATLANTE

En aquel año de 1916 el equipo fue bautizado como el Sinaloa, nombre de la calle donde se juntaban estos jóvenes, en el mismo sitio donde hoy yace una placa que inmortaliza el origen del conjunto azulgrana en la calle Sinaloa de la colonia Roma sur.

Un año después decidieron cambiarle el nombre a Lusitana, que era el nombre de un barco de combate hundido por los alemanes en la Primera Guerra Mundial.

Ese nombre duró muy poco y posteriormente lo llamaron U-53, nombre del submarino que trasportó el pliego de rendición de los ejércitos del Káiser alemán (que marcó el final de la guerra).

Fue hasta 1920 cuando Refugio Martínez, a quien apodaban "El Vaquero", decidió ponerle al equipo Atlante, inspirado por la grandiosidad y magnitud del Océano Atlántico y también, se dice, inspirado por el mito de la Atlántida. Y fue entonces que nació el nombre del Atlante.

El Atlante del General Núñez

SIEMPRE AZULGRANAS


Inspirados por los colores de los equipos de la Condesa y el Guadalajara, los fundadores del Atlante decidieron desde un principio que el azul y el rojo serían sus colores, primero en forma de cuadros, hasta que años después el uniforme se transformó en la camiseta a rayas que todos conocen.

Con un uniforme de cuadros azul y rojo fue el que Atlante vivió sus primeros años de vida.

El inolvidable Refugio "El Vaquero" Martínez era el capitalista del plantel y con lo obtenido por la venta de una vaca compró lo que habría de ser el primer uniforme del Atlante, todo con el apoyo económico del Sr. Roque Plata que en esos años empezó a intervenir en la dirección del equipo.

En 1926, el conjunto atlantista utilizó una vestimenta a rayas verticales en azul y blanco, lo que fue sin duda el preámbulo del actual uniforme azulgrana.

Fue en la Temporada 1926-1927, la primera en la que el Atlante fue aceptado como miembro de la Liga Mayor, cuando doña Luchita, madre de los jugadores Rosas, confeccionó los uniformes con sobrantes de tela azul y roja, alternándolos en trozos verticales.

Después la playera tuvo dos grandes franjas verticales con los mismos colores, y finalmente se definió en 1927 el uniforme con franjas verticales alternadas en azul marino y rojo grana. No obstante, en la serie final de la Temporada1931-1932 contra el Necaxa, el equipo utilizó su antigua ropa, la misma que le trajo suerte ganadora de su primer título en la época amateur, ya como participante de la Liga Mayor.

El uniforme del Atlante ha recibido varias modificaciones con el paso del tiempo, sin embargo, es la camiseta a rayas alternadas entre azul marino y rojo grana, la que ha predominado y se ha convertido en una camiseta histórica del futbol mexicano.

EL ESCUDO

El escudo se mantiene igual desde hace poco más de sesenta años que tiene de haber sido creado.

En su parte superior se parecía la leyenda "Atlante", con letras de mayor a menor puntaje. Debajo aparece una franja horizontal angosta con la bandera de México, y debajo de esa dos franjas verticales rojas a los lados y una azul en el centro, sobre la cual se inscriben las letras FC, que significan "Futbol Club".

Cuando el equipo fue propiedad del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la franja con los con los colores de la bandera fue colocada en la parte superior del escudo, cortada en su parte central por la leyenda IMSS, lo que ha sido la única modificación que ha sufrido desde su creación.

ENTRA A LA LIGA MAYOR

El señor Roque Plata fue en los primeros años atlantistas el hombre encargado de apoyar económicamente a ese grupo de muchachos, sin embargo, no pudo seguir haciendo desembolsos; este hombre había invertido gran parte de lo que tenía, hasta que no pudo más.

Fue entonces que llegó el que a la postre se convertiría en el primer presidente del Atlante, Don José Inés de la Mora, quien apoyó a los chicos y poco a poco se hizo de las riendas del equipo hasta convertirse en su primer dirigente. Luego estuvieron Antonio García y Miguel Ángel Tovar Mariscal.

En aquellos primeros años de la década de los años 20 el camino azulgrana fue complicado. La federación de aquel entonces no quería que el Atlante ingresara a la Liga Mayor, pues no concebían que un equipo tan humilde pudiera formar parte de su competencia.

Fue hasta 1927, previo a la Temporada 1927-1928 de la Liga Mayor, cuando los directivos le impusieron como condición que enfrentara a los equipos Toluca y América, grandes en aquel entonces. Los azulgrana no tuvieron empacho en sepultar al Toluca en una verdadera montaña de cuero, 7-3, en tanto que en el afamado campo del Germania sometían al orgulloso y ya desde entonces odiado América, 2 a 1, que en ese entonces era el campeón de la Liga Mayor.

Con todo y todo, al demostrar con creces su gran capacidad enfrentando a varios equipos con excelente desempeño, sonoros triunfos y con la conducción de Alfredo Pérez Medina, es aceptado en 1927 en la recién constituida Federación Mexicana de Futbol.

Al ser admitido en la Federación con derecho a participar en el Campeonato 1927-1928, el Atlante se integra con la mayor parte de los elementos que venían figurando en sus filas.

Por esas fechas el equipo tuvo varios triunfos internacionales. Atlante sacudió a todos cuando dobló al poderoso equipo búlgaro Sabaria 3 a 1 en 1929, lo que no pudieron hacer ni el Asturias, ni el América, ni el España, ni el Necaxa, así se las gastaban los "prietitos", bautizados así por el cronista Don Facundo, quien también solía llamarlos "Los niños de la llanura que a Nicho tienen que capturar".

En 1930 vino a México un equipo con el nombre de Sportivo Buenos Aires, que era la Selección Argentina disfrazada. Atlante les ganó 2 veces, el 20 de febrero, 2-1 y cuando el Sportivo se había comido a todos, lanzaron al Atlante a cerrar la serie de encuentros el 9 de marzo y los azulgrana repitieron el triunfo, ahora 3-2.

LA BASE DEL PRIMER MUNDIAL

El impacto del Atlante en sus primeras temporadas en la Liga Mayor fue tal, que la Selección Mexicana que participó en el primer Mundial de futbol en Uruguay en 1930, fue de base atlantista. Los "prietitos" que formaron parte de aquel combinado nacional fueron: "El Chaqueta" Rosas, Nicho Mejía, Efraín Amezcua, "La Marrana" Olivares, "El Diente" Rosas y "El Trompo" Carreño.

Atlante campeón del primer título de liga en el futbol amateur en 1931-1932

EL PRIMER TÍTULO Y EL NACIMIENTO DE UN CLÁSICO

En forma oficial el Atlante debutó en la Liga Mayor en el Campeonato 27-28 enfrentándose al Necaxa, en un partido que finalizó con el marcador empatado a dos tantos. Curiosamente en la segunda vuelta Atlante derrotó a los necaxistas 3 a 2. En el torneo de 1929 que solo se jugó a una vuelta el Atlante derrotó al Necaxa 5 a 2. Vino el Campeonato 29-30 y en la primera ronda vencen los azulgrana 3 por 0, y en la segunda fase empataron a 2 tantos.

Como se puede ver los necaxistas no podían vencer al Atlante. A partir de 1932, en el marco del Campeonato 31-32, el equipo electricista se perfilaba como el gran cuadro que sería en los años 30, y plagado de estrellas por fin pudieron vencer por primera vez al Atlante con un apretadísimo 2 a 1.

Nada hacía pensar que la jetatura existiera, como no fuera al revés, ya que en la segunda vuelta de ese mismo torneo necaxistas y azulgranas empataron a 3 en un riñonudo encuentro y por si fuera poco ese fabuloso Necaxa terminó empatado en puntos con el Atlante en el primer lugar. Así nacía la primer rivalidad del Atlante, que terminó también, con el primer título de historia azulgrana.

Comandados por "Nicho" Mejía, el conjunto atlantista derrotó en el desempate de aquella temporada a los Electricistas (3-2, 1-1 y 1-0), ante una asistencia record en el Parque España, donde 18 mil espectadores fueron testigos del primer título del Atlante en la época amateur.

El duelo entre atlantistas y necaxistas fue el durante muchos años el gran clásico del futbol mexicano, llenaba estadios y provocaba las más grandes pasiones.

LA NUEVA ÉPOCA DE ATLANTE


Imagen inmortal de Antonio Hütt con un viejo balón de cuero.

A partir de 1936 surge la denominada Nueva época del Atlante; crecía la popularidad de los "prietitos" debido a su desempeño, sin embargo, existía una difícil situación económica y diferencias entre los organismos rectores del futbol en nuestro país, circunstancias que propician que el General José Manuel Núñez asumiera la dirección del conjunto azulgrana, apoyado por el Ing. Guillermo Aguilar Álvarez, quien fungió como presidente atlantista entre 1936 y 1940.

Chucho Salgado dejó la presidencia azulgrana en 1935 y entonces llegó el General Núñez, Jefe del Estado Mayor Presidencial, quien fue el encargado de salvar al equipo de la ruina económica y de su inminente desaparición.

Su actuación habría de ser muy provechosa para los colores azulgrana; esta época se caracterizó por una tendencia general de los equipos a reforzar sus líneas con jugadores de categoría, siendo 1938-1939 la etapa que marcó un favorable despegue para algunos equipos capitalinos, entre ellos el Atlante, que además de contar con los nacionales Raúl Estrada, Carlos Laviada, "Calavera" Ávila, "Caballo" Mendoza, todos ellos notables jugadores, vio reforzadas sus líneas con el internacional español Martín Vantolrrá y con el costarricense Antonio Hutt.

Fue en el México de la era bélica, los primeros cinco años de la década de los 40, cuando el Atlante pasa lista de presente entre las potencias del futbol nacional y surge todo un fenómeno de humilde extracción, un verdadero ídolo aclamado en todas las tribunas mexicanas: Horacio Casarín, su magnetismo y carisma penetraron en el corazón del pueblo. Sería 1940-1941 una temporada gloriosa para los colores azulgrana, al conquistar por segunda ocasión el título de campeón de liga.

En la temporada 1941-1942 ganan su primer título de Copa México, en el encuentro de campeón de campeones enfrentó al poderoso España, los "prietitos" se impusieron conquistando el título.

En esta época el profesionalismo más o menos disfrazado de algunos equipos se hace patente, especialmente en la capital, pues integran al futbol jugadores españoles importantes, todos ellos profesionales en su país y la mayoría con etiqueta de seleccionados nacionales, esto sería factor decisivo para que los dirigentes del futbol nacional admitieran la realidad y decidieran entrar a la era del profesionalismo que ya invadía gran parte del mundo futbolístico.

Una foto imborrable del primer Atlante campeón todos metidos en la porteria.

El primer título profesional

Cuando el futbol profesional en México se asentaba llegó el primer título de liga para el Atlante.

Fue en la Temporada 1946-1947, cuando el conjunto azulgrana conquistó su primera estrella. De la mano de hombres como El "Potrillo" Villavicencio, "La Margarita" Gutíerrez, "Peluche" Ramos, Arizmendi, Scarone, Meza, Medina, Martín Valtonrá, "Angelillo", Nicolau y el ídolo Horacio Casarín, que provenía del campeonísimo Necaxa, mientras que el técnico era Luis Grocz.

El partido decisivo contra el León debía jugarse en casa de los Panzas Verdes, sin embargo, una propagación de fiebre aftosa en el Bajio, el Atlante se vio favorecido para jugar como local en el estadio de la Ciudad de los Deportes el primero de julio de 1947, ante una entrada record de 48 mil 622 espectadores, entre ellos el presidente de México en esos años, Miguel Alemán Valdés.

Esa fue una de tantas muestras de la gran habilidad del General Núñez, quien emprendió una campaña de desprestigio, exageró la magnitud de la aftosa, pues parece que el encuentro sí podía haberse efe

ctuado en León. Tampoco prosperó la iniciativa leonesa de realizar el encuentro en una sede alterna, pues la jugosa taquilla que se habrían de llevarse los esmeraldas por jugar en el estadio de la Ciudad de los Deportes, terminó por inclinar la balanza a que el juego se realizará ahí.

El encuentro terminó con un empate sin goles que al final le dio a los azulgranas el primer lugar de la tabla general y con ello levantaron su primer trofeo en la era profesional del futbol.

El conjunto capitalino terminó aquel torneo con 42 puntos de 28 encuentros (un punto más que el León), con 18 triunfos, 6 empates y cuatro derrotas; 82 goles a favor y 43 en contra.

La Liga Mayor en aquellos tiempos estaba conformada por: León, Veracruz, Puebla, Atlas, Tampico, Moctezuma, Oro, España, Asturias, Guadalajara, ADO, San Sebastián, América y Marte.

El cuadro esmeralda se vengó de aquel empate que lo dejó sin el título de liga y el torneo siguiente le propinó a los Potros (sobrenombre que surge en estas épocas), una goleada de 10-0 el 21 de septiembre de 1947.

También ese año el Atlante perdió el título de Campeón de Campeones contra el Moctezuma, mientras que el 23 de enero de 1949 fue apabullado 0-8 por el Vasco de Gama de Brasil, en lo que fue el inició de una época difícil para el conjunto azulgrana.

Llegaron las copas

El catalán Martín Valtonrá, un gran extremo del Atlante de los cuarenta

En la década de los 50 el Atlante fue un equipo protagonista. En la Temporada 1950-1951 fue subcampeón y aunque los equipos de provincia fueron los grandes dominadores en aquellos años del futbol mexicano, los azulgranas siempre levantaron la mano entre los mejores.

Ese año del subcampeonato el Atlante salió campeón de Copa. Fue el domingo 27 de mayo de 1951 en el estadio de la Ciudad de los Deportes, donde el cuadro atlantista se impuso en el juego decisivo por la mínima diferencia al Guadalajara, con gol de "Luisillo" Fernández. Cuentan los testigos que esa tarde no cayeron más goles, debido a la gran actuación del portero tapatío, Jaime "El Tubo" Gómez.

El Atlante en esos años dirigido por Octavio Vial, contó en sus filas con: Mota, Rivera, Rufo José Antonio Rodríguez; Telmo y Ávalos; De Alba, Escandón, Rosas, Fernández y Septién. Llamaba la atención la formación de cuatro defensas, dos mediocampistas y cinco atacantes, siempre el cuadro azulgrana con el juego ofensivo y el espectáculo.

En el torneo 1951-1952 llegó la segunda Copa para el conjunto azulgrana y con ello por fin llegó el título de Campeón de Campeones frente al León, casualmente una vez más ante los guanajuatenses.

En la década de los 50 el Atlante jugó como local en la Ciudad de los Deportes hasta el año de 1955, luego se cambió al inmueble de Ciudad Universitaria, donde permaneció hasta mayo de 1966 y después se mudó al recién inaugurado estadio Azteca, donde permaneció por muchos años.

Los años irregulares

Fernandón en un homenaje al General Núñez en 1977

La década de los 60 y los 70 fueron la etapa más gris en la historia del Atlante, cuando el equipo fue administrado por Fernando González, mejor conocido como "Fernandón", de origen americanista y quien cargó en sus hombros con la primera gran decepción de la afición atlantista.

Luego de ser uno de los principales animadores entre las décadas de los 30 y los 50, el conjunto azulgrana tuvo un declive que lo mantuvo en la medianía del futbol nacional.

Aunque por aquellos años grandes jugadores vistieron los colores azulgranas: Rafael Puente, Ignacio Basaguren, Desachy, Gisleno Medina (quien jugaba con un solo riñón), Marcos Rivas, "Perico" González, Aarón Padilla, "El Tubito" Rodríguez, Julio César Cortez, Montes de Oca, Hugo Tedesco y Amuchástegui;, Orlando Medina Gerardo Lugo, entre muchos otros.

Lo peor para el equipo vino en la temporada 1975-1976, cuando un conjunto descuidado y sin refuerzos naufragó en lo que significó el primer descenso para los azulgranas.

En aquella temporada culminó en la penúltima posición general, con lo que tuvo que enfrentar al San Luis en una serie a visita reciproca. El juego de ida se jugó en terreno potosino, con victoria para los locales de 2 a 1, con goles de Hugo Coscia y Jorge Davino para los sanluisinos, mientras que Domingo Romero anotó por los azulgranas. En la vuelta en el estadio Azteca la noche del 29 de julio de 1976 se concretó la catástrofe, San Luis sacó un valioso empate sin goles y con ello se consumó el primer descenso atlantista.

Las salidas de Rafa Puente, todo un ícono del atlantismo de los 70's

Un regreso inmediato

La primera temporada de los Potros en la división de ascenso fue todo un suceso.

El equipo que descendió se mantuvo casi intacto y así fue como empezó el calvario de regreso a la Primera División. Comandados por el técnico José "Che" Gómez, el conjutno atlantista fue el amo y señor de la competencia. Terminó en primer lugar general con 66 puntos en 46 encuentros, producto de 27 triunfos y 12 empates, mientras que sólo perdió 7 encuentros. Fue el equipo más goleador con 75 tantos y el menos goleado con 33.

El equipo se mantuvo jugando como local en el estadio Azteca y en sus partidos sólo se abría la parte de abajo del Coloso de Santa Ursula, donde los fieles aficionados atlantistas nunca dejaron de apoyar a sus Potros, por más que estos se encontraran en la Segunda División.

La final de ascenso la disputó ante el Querétaro, dirigido en ese entonces por el legendario arquero de Cruz Azul, Miguel Marín. El juego de ida fue en el Azteca la noche del martes 31 de mayo de 1977 ante una entrada de 85 espectadores.

Fue un duelo trepidante que terminó con una goleada a favor de los Potros 4-2, que los ponía con pie y medio de regreso en el máximo circuito. Con dos goles de Lugo, uno más de Crescencio y otro de González, los Potros lograron dar un golpe certero a los queretanos.

El juego de vuelta fue un mero trámite y aún así el Atlante ganó de visita en Querétaro 2-1, con tantos de Crescencio Sánchez y "El Payo" Correa, con lo que la pesadilla del descenso había terminado.

Los Potros volvían al lugar que les pertenece y eran una vez más un equipo de primera.

El inmortal Horacio Casarín en su etapa de DT azulgrana. Fue subcampeón en la Temporada 1982-1983

Ahora le toca al IMSS

El equipo volvió a Primera División aún con Fernandón como presidente. Tras el ascenso, el entonces presidente de los Potros había prometido refuerzos y grandes primas a los jugadores que lograron el título en la Segunda División, pero fiel a su costumbre, nada de lo prometido se cumplió y tras una temporada de vuelta en el máximo circuito, el equipo fue vendido al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), con lo que se convirtió el equipo de futbol con más socios en todo el mundo.

Tras 15 años de una negra administración, Fernandón decidió ceder los derechos del equipo a la institución gubernamental: "El C. Fernando González Uribe, por su propio derecho y en representación de los demás accionistas del Club Deportivo Atlante, S.A., se compromete a ceder sin reserva ni limitación alguna las acciones, cartas de retiro, contratos de jugadores, entrenadores y demás personal, así como a denominación del club a favor del IMSS, con sus acciones legales y materiales y con todo lo que de hecho y derecho le pertenece y corresponde a dicha sociedad. Esta sesión se hace a título gratuito", rezaba el acuerdo que Fernandón firmó al ceder los derechos azulgranas al IMSS.

La llegada del IMSS a la historia azulgrana trajo al equipo una etapa de tranquilidad económica e institucional.

Al equipo llegaron refuerzos extranjeros y con ello comenzó una nueva etapa azulgrana.

El brasileño Luizinho, Hugo Marcelo Gottfried, Ricardo LaVolpe, Victor Manuel Vucetich, Eduardo Moses, Rubén Anguiano y el formidable goleador Evanovaldo Castro Cabinho, quien venía de ser cuatro veces consecutivas campeón de goleo formaron parte de ese nuevo Atlante, todos ellos bajo la dirección técnica de Ernesto "Tetos" Cisneros.

Fueron cinco años los que los Potros pertenecieron al IMSS, donde la economía fue perfecta, tuvieron dinero para contratar figuras y el cuadro atlantista vivió una etapa de bonanza.

Durante ese lapso su mayor logro fue un subcampeonato en la temporada 1981-1982, fue año de ensueño para los azulgranas que terminaron como el mejor equipo del año y en la gran final cayeron de forma dramática ante los Tigres, en una serie que quedó para el recuerdo y que es uno de los momentos más emotivos que se han vivido en la finales del futbol mexicano. El sueño atlantista de ver a su leyenda Horacio Casarin como técnico campeón de los Potros no se pudo consumar.

Un año antes de que el IMSS vendiera al equipo al Departamento del Distrito Federal, el equipo dejó el estadio Azteca y se mudó de nueva cuenta al inmueble de la Ciudad de los Deportes, que por aquellos años fue bautizado como el Estadio Azulgrana.

El Atlante se muda de departamento

En julio de 1984 se concreto el traspaso del Atlante al Departamento del Distrito Federal, cuyo jefe era Ramón Aguirre Velázquez.

La intención del aquel entonces regente de la ciudad fue regresarle al Atlante el carácter de equipo del pueblo y así poner en cada delegación política del Distrito Federal una escuela de los Potros. Pero aparentemente encontró dificultades y obstáculos entre los quienes acaso deseaban impedir que el regente adquiriera mayor fuerza política.

En esos años quisieron mexicanizar a los Potros y contrataron a don Nacho Trelles como técnico, sin embargo, tampoco el DDF pudo hacer campeón al Atlante.

Jugadores como Nacho Rodríguez, Pedro Soto, Jesús Rico, Arturo Castañón, Arturo Avilés, "Bonavena" Ramírez, Jorge Blanco, José María Huerta, Miguel Ángel Casanova, Luis Fernando Tena, Jorge Casellas "El Potro Peninsular", Gerardo Lugo (quien regresó), Rodolfo Montoya, Gustavo Vargas, Manuel Manzo, Eduardo Moses, Gonzalo Farfán, José Luis Malibrán, Rafael Chávez Carretero, Julio Canessa, Javier Aguirre, formaron parte de aquel Atlante que perteneció a la regencia del Distrito Federal, que jugaba muy bien pero que no logró conseguir un título.

Sólo dos años el equipo fue propiedad del Departamento del Distrito Federal y en 1987 fue José Antonio García el hombre que le entró al toro por los cuernos y compró al Atlante.

Y fue entonces que empezó la era moderna de los Potros.

La gestión del actual presidente ejecutivo azulgrana como dueño del equipo estuvo llena de complejidades.

En un intento por hacer que el equipo del pueblo volvieran las masas, José Antonio García se llevó al Atlante a jugar a Querétaro, pero no funcionó, pues tras 70 años de jugar en la Ciudad de México, el conjunto azulgrana sufrió mucho por el cambió de sede y eso le costó caro, mucho lo adjudicaron a la famosa maldición que pesa sobre el estadio La Corregidora, donde el cuadro atlantista jugó sus partidos como local.

Irremediablemente el equipo descendió el 6 de mayo de 1990. José Antonio García estuvo 20 días encerrado en su casa por la depresión que le provocó el descenso y cuando salió, afirmó que el equipo lograría el ascenso de inmediato y así fue.

Con una gran Temporada en Segunda División, en la que fueron segundo lugar general con 71 puntos, sólo detrás del Zacatepec, el Atlante logró el ascenso en una final trepidante ante el Pachuca, en la que tuvieron que definir al ganador en un memorable tercer partido jugado en el estadio Cuauhtémoc de Puebla.

Aquel encuentro terminó sin goles y fue en tanda de penaltis donde el portero Félix Fernández se convirtió en el gran héroe azulgrana al cobrar el último tanto de una serie en la que se tiraron 22 penaltis.

Y fue así como los Potros volvieron de inmediato al lugar que les corresponde: la Primera División.

Un equipo que creó escuela

Es de llamar la atención que Graniolati, Cruz, García, Herrera y Guzmán son actualmente directores técnicos y en México se conoce a estos técnicos como de la escuela lavolpista, que se caracteriza por jugar con una línea de 5 defensas donde los defensores laterales se desempeñan como extremos cuando atacan. Una característica más en común entre este grupo de entrenadores es el fútbol vertical donde la posesión del balón es una de las premisas, por lo que el sacrificio colectivo en la recuperación y los ataques a velocidad mediante jugadas de primera intención es uno de los sellos de la escuela lavolpista.

Vuelven los días de gloria

El regreso del Atlante al máximo circuito no pudo ser mejor. En su primera de regreso fueron líderes generales y eso fue el preámbulo de lo que a la postre se convertiría en el segundo título en la era profesional para los Potros.

De la mano de Ricardo LaVolpe como técnico, los azugranas tuvieron dos grandes torneos que terminaron con final feliz. El futbol desarrollado por el conjunto azulgrana era alegre, siempre dedicado a ofender al rival, fiel al estilo azulgrana y así, fue como volvieron los días de bonanza para la institución atlantista.

Pero no todo fue lindo en aquella Temporada 1992-1993. En la primera vuelta de aquél torneo largo el equipo hiló una racha de 10 partidos sin victoria entre la jornada 5 y la 14, pero al final, con un gran cierre lograron terminar el torneo en el décimo lugar, pero en primer lugar de su grupo, con lo que evitó el repechaje y entró directo a la liguilla.

Los Potros eliminaron primero al superlíder Necaxa y posteriormente al campeón León, lo que abrió la puerta para la gran final ante el Monterrey.

Félix Fernández, José Guadalupe Cruz (nuestro actual técnico a quien de cariño se le dice "El Profe" y quien es el único atlantista que puede presumir haber sido campeón como técnico y como jugador con los colores azulgranas), Wilson Graniolati, Miguel Herrera, Raúl Gutíerrez, René Isidoro García, Roberto Andrade, Guillermo Cantú, Pedro Massacessi, Luis Miguel Salvador y Daniel Guzmán fueron el equipo titular del segundo campeonato. De cambio entraron Mario García (nuestro actual auxiliar del "Profe" y también campeón con los Potros en su tercera corona en el Apertura 2007) y Manuel Negrete, mientras que Alan Cruz, Tomás Cruz, César Suárez, Norberto Anzorena, Jorge Salas y Gaspar Cisneros conformaron aquel plantel, del cual, la gran mayoría de los jugadores hoy son personas activas y de peso en distintos equipos del futbol mexicano.

Esa final de vuelta que en la que el Atlante se impuso de visita ante el Monterrey 3-0 será recordada por la forma en la que la afición de los Rayados terminó por rendirle tributo al conjunto azulgrana, en una de las muestras de respeto de una afición hacía el rival, más grandes en la historia del futbol mexicano.

Atlante ganó por a mínima diferencia el juego de ida en el estadio Azulgrana y en la Sultana del Norte con una clara goleada en el estadio Tecnológico terminó por ganar su segundo título en la era profesional, lo que fue un justo premio a un equipo que sufrió un descenso y logró volver como el Ave Fénix para consagrarse como el mejor equipo de México en la Temporada 1992-1993.

El tercer descenso

Agobiados por los problemas del porcentaje, los Potros sufrieron un descenso más y eso se dio el jueves 19 de abril del 2001, tras caer en el estadio Azteca frente al América por 3-0.

Pero el descenso no se consumó. La Asamblea de Presidentes de la Primera División había decidido aumentar la liga a 19 equipos y con ello abolieron el descenso por ese año y entonces dispusieron que el último lugar en la tabla del porcentaje tuviera la oportunidad de quedarse en el máximo circuito si lograba derrotar en la promoción a un equipo de la Primera A, además del pago de cinco millones de pesos.

Aquella promoción fue ante e Veracruz, también propiedad del Grupo Pegasso, al que derrotó el 9 de junio en el estadio Azteca 4-1, con goles de Paulo Serafín, uno de Manuel Sol y otro de Manuel Abundis.

El equipo de aquella promoción estaba conformado por Jorge Campos, Salvador Carmona, Roberto Trotta, Ignacio Hierro, Salvador Cabrera, Manuel Sol, Roberto Medina, Paulo Serafín, Carlos Sánchez, Carlos Casartelli y José Luis González China, todos dirigidos por Manuel Lapuente.

Llegó el grupo Pegaso

Tras el título vinieron temporadas inciertas para los Potros. La espectacularidad en su futbol se fue perdiendo poco a poco y con ello comenzó una etapa de declive para el equipo, que de a poco vio como se quedó sin aficionados en las tribunas.

Entonces llegó el Grupo Pegaso y empezó una nueva etapa de cambios para la institución azulgrana. José Antonio García dejó de ser el dueño y entonces Alejandro Burillo Azcárrga se convirtió en el propietario de la institución.

El licenciado Burillo es uno de los hombres más visionarios en la historia del futbol mexicano, cuyo legado más importante son las participaciones de los clubes mexicanos y de la misma Selección Nacional en torneo organizados por la Conmebol (Confederación Sudamericana de Futbol).

Con él también llego al equipo Miguel Ángel Couchonnal, nuestro actual presidente, quien junto a José Antonio García, actual presidente ejecutivo, han sido los encargados de manejar al conjunto azulgrana.

Tras aquella temporada de la promoción que evitó que el descenso de los Potros se consumara, comenzó una reestructuración total en el equipo.

Atlante en ese lapso jugó como local en tres escenarios, el estadio Azteca, en el ahora estadio azul y también en el municipio de Nezahualcoyotl, donde en el inmueble de la Universidad Tecnologica disputó varios torneos entre 2002 y 2004, de la mano de Miguel Herrera, quien vino a darle frescura y le devolvió a los Potros esa idea futbolística que los había caracterizado durante mucho tiempo.

Fueron los tiempos del "Chamagol", de Luis Gabriel Rey y de nuestro eterno Federico Vilar, quienes acompañados por una buena base de mexicanos volvieron a poner al Atlante en los primeros lugares del futbol mexicano.

Desgraciadamente el título no llegó y Herrera se fue y vinieron entonces los últimos años de los Potros en la Ciudad de México. El equipo dejó Neza y volvió al estadio Azteca, para luego emprender la mudanza definitiva.

Atlante se muda al caribe

Habían pasado 15 años desde que el Atlante obtuvo su último título de liga. La irregularidad era la constante y los vacios en la tribuna del Azteca comenzaban a convertirse en un paisaje obligatorio de los duelos del conjunto azulgrana como local.

El equipo del pueblo ya no era el consentido de la afición y era necesario cambiar de aires. La situación era complicada, la afición que en la década de los años cuarenta y cincuentas era una de las más grandes de México poco a poco se diluyó y se alejó de su equipo.

Entonces vino la decisión más importante en los últimos años para la institución azulgrana: el equipo se mudó a Cancún y así el Atlante cambió su nombre a los Potros de Hierro de Quintana Roo.

El estadio Andrés Quintana Roo sería la nueva casa del ahora equipo cancunense. La adaptación fue mágica y todo salió como si hubiera estado planeado.

El equipo tuvo un torneo de debut en Cancún de ensueño.

Un torneo regular sufrido en el que el equipo remonto marcadores de 2-0 en varias ocasiones, siempre vino de atrás con el corazón por delante y apoyado en la calidad de grandes jugadores.

Para ese torneo llegó Gabriel Pereyra, un futbolista que llegó con gran cartel de Cruz Azul y un venezolano del que poco se sabía y que terminó por convertirse en un consentido del ahora renovado atlantismo: Giancarlo Maldonado. Pero también ese torneo se presentó un personaje muy especial para los cancunense, Alain Nkong, el camerunés que se robó a la afición por su carisma y sus goles oportunos, los cuales ayudaron a ganar puntos valiosos durante aquel torneo.

Además de esas incorporaciones en el equipo estaban jugadores muy importantes: Federico Vilar en la portería, Muñoz Mustafa en la defensa y el Chícharo González en el medio campo. Pero también jóvenes interesantes que ese torneo les sirvió para consolidarse en el máximo circuito como Hobbit Bermúdez, Daniel Guerrero, Alan Zamora y Gerardo Castillo.

Ese equipo terminó como sublíder general de aquel torneo y se presentó en la liguilla como uno de los más firmes candidatos. Y justamente en las tres instancias de la Fiesta Grande del futbol mexicano en las que le tocó, enfrentó a tres grandes del balompié nacional: Cruz Azul, Chivas y Pumas, en ese orden.

El primer rival en la liguilla fue la Máquina y con un triunfo apretado por la mínima diferencia gracias a un gol de Gabriel Pereyra al minuto dos de juego en el estadio Azul, los Potros del Caribe tuvieron suficiente para llevarse la eliminatoria de cuartos de final con otro triunfo de 2 a 1 en el estadio Andrés Quintana Roo, en ese partido anotaron por los azulgranas Giancarlo Maldonado y José Joel Chícharo González, mientras que por los visitantes marcó Jared Borgetti, ya al final del encuentro al minuto 83.

Después venían las Chivas. Y la historia se complico desde el principio. Atlante salió el 28 de Noviembre de 2007 con una derrota del estadio Jalisco por 1 a 0. Ramón Morales por la vía del penalti daba a su equipo la ventaja en la serie a los tapatíos, con lo que los azulgranas necesitaban imperiosamente un triunfo en casa en el juego de vuelta para avanzar a la final.

Y los Potros lo hicieron. Salieron a la cancha a comerse al rival y al minuto tres de juego Giancarlo Maldonado marcó la historia con un gol que a la postre de le dio a los nuevos aficionados cancunenses la posibilidad de decirse finalistas del futbol mexicano.

La euforia en la ciudad era total. El Atlante había llegado seis meses atrás entre huracanes y un sinfín de ilusiones y ahora estaba a las puertas del tercer título en el futbol profesional.

La gran final fue ante los Pumas dirigidos por Ricardo Tuca Ferreti. La expectación se dio al máximo, pues eran dos equipos que jugaban bien al futbol y se presagiaba una final interesante.

Sin embargo, el partido de ida quedó a deber. Ningún equipo regaló nada y el encuentro disputado en el estadio de Ciudad Universitaria terminó con un frío empate sin goles la noche del 6 de diciembre de 2007.

Y llegó el carnaval a Cancún. Fue la noche del 9 de diciembre cuando el estadio Andrés Quintana Roo fue el anfitrión de su primera final en la Primera División del futbol mexicano.

Nadie imaginó que en seis meses el equipo estaría disputando el campeonato y ahí estaban todos.

El dueño de los Potros, el licenciado Alejandro Burillo Azcárraga, acompañado del Gobernador del estado Félix González Canto, junto a Miguel Ángel Couchonnal, presidente del equipo y José Antonio García, presidente azulgrana.

Era la gran noche azulgrana y todo salió a pedir de boca.

El partido fue muy duro y el Atlante no tuvo su mejor noche, sin embargo, el coraje y orgullo de los jugadores que aquella noche saltaron a la cancha sacaron el parido adelante.

Cuando el partido se encontraba sin goles apareció Giancarlo Maldonado para provocar el primer estallido de la noche l minuto 59. La ventaja era azulgrana y el título estaba cerca.

Pero Pumas nunca se rindió. Jugaba mejor que el Atlante y entonces encontró el gol del empate, Ismael Iñíguez con un remate de cabeza enmudeció a los cancunenses al minuto 69 de acción.

El parido desde ese momento estaba para cualquiera. El empate a uno se mantenía y los tiempos extras parecían inminentes. Pero faltaba lo mejor.

Y fue entonces que de la nada surgió un joven futbolista salido del Monterrey quien había llegado un año meses antes a jugar para el Atlante: Clemente Ovalle.

Corría el minuto 85 cuando vino aquel derechazo que se incrustó en el ángulo superior izquierdo de la portería defendida por Sergio Bernal.

La explosión fue total y el festejo no pudo esperar, ese fue el gol del tercer campeonato en la historia del Atlante y es así como los Potros vuelven a empezar, tal cual ha sido su historia y fiel a su esencia.

El Atlante renace en Cancún

El estadio Andrés Quintana Roo se convirtió en la nueva casa los Atlantes Mayas.

La saturación que se vive en estos tiempos en una gran urbe como la Ciudad de México fueron orillando poco a poco al Atlante a buscar nuevos aires. La competencia entre los equipos de la capital del país era mucha en los primeros años del siglo XX, se compartía sede con clubes como América, Pumas y Cruz Azul, lo que obligó a la institución azulgrana a renovarse, y fue en Cancún donde encontró el lugar ideal, el sitio idóneo en el que la directiva atlantista decidió darle un vuelco radical a la historia del club.

El Atlante ya no era el consentido de la afición y había que hacer algo. La situación era complicada, la afición atlantista que en la década de los años cuarentas y cincuentas era una de las más grandes de México poco a poco se diluyó y se alejó de su equipo.

Entonces vino la decisión más importante en los últimos años para la institución: el equipo se mudó a Cancún, tierra Maya que acogió al club como uno más de sus hijos. El Estado de Quintana Roo se convirtió en el nuevo territorio azulgrana y con ello comenzó un cambió que hoy se consolida con la internacionalización del Atlante y su participación en el Mundial de Clubes en Abu Dhabi 2009.

Todo embonó perfecto, el club Atlante se llama así gracias a que su fundador, Refugio Martínez, se inspiró en las aguas del océano Atlántico; escenario en las primeras décadas del siglo XIX de grandes guerras que colapsaron al mundo, y es así como el conjunto atlantista dejó la que fue su casa por más de 90 años, con la ilusión de reencontrarse y buscar en el Caribe Mexicano una nueva fuerza que lo volviera posicionar como uno de los equipos más importantes y con mayor tradición en el Futbol Mexicano.

Así nacen los nuevos Atlantes, habitantes de lo que alguna vez fue el continente perdido de la Atlántida y que después se convirtieron en los antecesores de los mayas, esos mismos seres que el filosofo Platón alguna vez planteó como Súper-Hombres, esos que hoy emergen como nuevos guerreros, pero no del Juego de Pelota, sino del futbol moderno y de piel azulgrana que se presentan al mundo como un grupo de futbolistas que tiene como prioridad dejar el alma en la cancha.

Atlante encontró en uno de los rincones más bellos del océano Atlántico el lugar perfecto para resurgir, vaya coincidencia, con la esencia de toda la vida, siempre desde abajo y levantándose a cualquier adversidad, así es como el conjunto atlantista asumió el reto de llegar a Cancún y lo hizo con la personalidad que exigía su origen ganador, se convirtió en campeón en su primer torneo y luego se alzó monarca de la Concacaf, el título que le permitirá disputar el Mundial de Clubes y con ello tratará de darse a conocer al mundo como el equipo del destino turístico más importante de México.

Entre el azul turquesa del mar Caribe y el verde de la selva tropical, el equipo pudo encontrar un lugar que estaba predestinado para que fuera suyo. En sus casi 100 años de historia, el conjunto azulgrana ha sido un equipo nómada y que ha sabido adaptarse a cualquier entorno, siempre buscando ser protagonista, tal y como es Quintana Roo, tierra nueva y de grandes sueños, de un progreso constante y triunfadora. Un lugar donde convergen personas de todas las nacionalidades, razas y religiones, el mismo donde el Atlante fue adoptado de inmediato por una sociedad que requería sentirse identificada por un equipo profesional de futbol.

Y es así como se empezó a escribir la nueva historia del Atlante, en un nuevo lugar y con nuevos logros, dos títulos en dos años que consolidan la mudanza y que hacen pensar en un futuro muy promisorio para la institución.

El Primer título en Cancún

José Antonio García es la segunda liga que levanta con el Atlante.

El estadio Andrés Quintana Roo sería la nueva casa del ahora equipo cancunense. La adaptación fue mágica y todo salió como si hubiera estado planeado, Atlante cambio la inmensidad del estadio Azteca por un inmueble mucho más pequeño pero que lo esperaba con los brazos abiertos y eso se vio reflejado en que el equipo haya tenido un primer torneo en Cancún de ensueño.

Aquel Apertura 2007 que representó el tercer título en la era profesional y el quinto en la historia de la institución, fue un torneo regular muy sufrido en el que el equipo remonto marcadores de 2-0 en varias ocasiones, siempre vino de atrás, con el corazón por delante y la calidad de grandes jugadores.

Para ese torneo llegó Gabriel Pereyra, hoy ídolo del renovado atlantismo y que llegó al equipo con gran cartel proveniente de Cruz Azul y también un venezolano del que poco se sabía y que terminó siendo figura, Giancarlo Maldonado. Pero también ese torneo se presentó un personaje muy especial para la afición cancunense, Alain N'kong, el camerunés que se robó a la afición por su carisma y sus goles oportunos, los cuales ayudaron a los Potros a ganar puntos muy valiosos.

Además de esas incorporaciones en el equipo estaban jugadores muy importantes, el capitán y emblema Federico Vilar estaba en la portería, Muñoz Mustafa en la defensa y el Chícharo González en el medio campo. Pero también jóvenes interesantes que ese torneo les sirvió para consolidarse en el máximo circuito como Christián "El Hobbit" Bermudez, Daniel "Chepe" Guerrero, Alan Zamora y Gerardo Castillo.

Ese equipo terminó como sublíder general del Apertura 2007 y se presentó en la liguilla como uno de los más firmes candidatos y lo confirmó al eliminar en la Fiesta Grande del futbol mexicano a tres equipos de convocatoria nacional como lo son: Cruz Azul, Chivas y Pumas, en ese orden los eliminó.

El primer rival en la liguilla fue la Máquina y con un triunfo apretado por la mínima diferencia gracias a un gol de Gabriel Pereyra al minuto dos de juego en el estadio Azul, los Potros del Caribe tuvieron suficiente para llevarse la eliminatoria de cuartos de final con otro triunfo de 2 a 1 en el estadio Andrés Quintana Roo, en ese partido anotaron por los azulgranas Giancarlo Maldonado y José Joel Chícharo González, mientras que por los visitantes marcó Jared Borgetti, ya al final del encuentro al minuto 83.

Después venían las Chivas. Y la historia se complico desde el principio. Atlante salió el 28 de Noviembre de 2007 con una derrota del estadio Jalisco por 1 a 0. Ramón Morales por la vía del penalti daba a su equipo la ventaja en la serie a los tapatíos, con lo que los azulgranas necesitaban imperiosamente un triunfo en casa en el juego de vuelta para avanzar a la final.

Y los dirigidos por el Profe Cruz lo hicieron. Salieron a la cancha a comerse al rival y al minuto tres de juego Giancarlo Maldonado marcó la historia con un gol que a la postre de le dio a los nuevos aficionados cancunenses la posibilidad de decirse finalistas del futbol mexicano.

La euforia en la ciudad era total. El Atlante había llegado seis meses atrás entre huracanes y un sinfín de ilusiones y ahora estaba a las puertas de su tercer título en el futbol profesional.

La gran final fue ante los Pumas dirigidos por Ricardo Tuca Ferreti. La expectación se dio al máximo, pues eran dos equipos que jugaban bien al futbol y se presagiaba una final interesante.

Sin embargo, el partido de ida quedó a deber. Ningún equipo regaló nada y el encuentro disputado en el estadio de Ciudad Universitaria terminó con un frío empate sin goles la noche del 6 de diciembre de 2007.

Y llegó el carnaval a Cancún.

Fue la noche del 9 de diciembre cuando el estadio Andrés Quintana Roo fue el anfitrión de su primera final en la Primera División del futbol mexicano.

Nadie imaginó que en seis meses el equipo estaría disputando el campeonato y ahí estaban todos. El dueño del equipo, el licenciado Alejandro Burillo Azcárraga, acompañado del Gobernador del estado Félix González Canto, junto a Miguel Ángel Couchonnal, presidente azulgrana y José Antonio García, presidente ejecutivo.

Era la gran noche para la institución y todo salió a pedir de boca. El partido fue muy duro y el Atlante no tuvo su mejor noche, sin embargo, el coraje y orgullo de los jugadores que aquella noche saltaron a la cancha sacaron el parido adelante.

Cuando el partido se encontraba sin goles apareció Giancarlo Maldonado para provocar el primer estallido de la noche al minuto 59. La ventaja era azulgrana y el título estaba cerca.

Pero Pumas nunca se rindió. Jugaba mejor que el Atlante y entonces encontró el gol del empate, Ismael Iñíguez con un remate de cabeza enmudeció a los cancunenses al minuto 69 de acción. El parido desde ese momento estaba para cualquiera. El empate a uno se mantenía y los tiempos extras parecían inminentes, pero faltaba lo mejor…

Y fue entonces que de la nada surgió un joven futbolista salido del Monterrey quien había llegado un año antes a jugar para el Atlante: Clemente Ovalle.

Corría el minuto 85 cuando vino aquel derechazo que se incrustó en el ángulo superior izquierdo de la portería defendida por Sergio Bernal.

La explosión fue total y el festejo no pudo esperar, ese fue el gol del tercer campeonato en la historia del Atlante y es así como el conjunto azulgrana vuelve a empezar, tal cual ha sido su historia y fiel a su esencia.


Una Concachampions inolvidable

El Profe José Guadalupe Cruz es el técnico más exitoso en la historia del Atlante, ya ganó dos ligas, una como jugador, otra como estratega y también una Concachampions.

Tras el título de liga vino la gran oportunidad para el Atlante de participar en la primera edición de la renovada Liga de Campeones de la Concacaf, que otorgaba como gran premio el pase al Mundial de Clubes en Abu Dhabi 2009, un torneo de prestigio internacional y del cual Atlante quería formar parte, por ello es que enfrentó con todas sus armas a la también llamada Concachampions.

En la fase de grupos el conjunto azulgrana tuvo como compañeros de sector al Olímpia de Honduras, al Impact de Montreal y el Joe Public de Trinidad y Tobago, un grupo que se le llegó a complicar un poco al conjunto azulgrana, ya que empezó ganándole en casa al Olimpia y empatando de visita ante el Impatc, luego vino una sorpresiva derrota como local ante el Joe Public, con lo que cerró una primera vuelta irregular para los cancunenses.

La segunda vuelta inició con un buen empate de visita en Honduras y eso motivo al plantel, que después se vengó de los trinitarios venciéndolos en su propio territorio, lo que puso en los primeros lugares del grupo a los atlantistas, con lo que llegaron al último partido de la primera fase con la posibilidad de arrebatarle el primer lugar del grupo al Impact de Montreal. Y lo consiguieron, el conjunto que dirige el Porfe José Guadalupe Cruz se impuso a los canadienses 2-1 en el estadio Andrés Quintana Roo y con ello se clasificaron en primer lugar del sector.

El torneo lo empezó prácticamente el mismo equipo que se coronó en el Apertura 2007. Las incorporaciones más importante fueron Luis Gabriel Rey, el famoso Canguro que regresó a casa y lo hizo a lo grande, pues fue parte fundamental en toda la competencia y Rafael Márquez, quien llegó para la segunda vuelta y también fue parte vital en la Concachampions, ya que junto con Rey, formó la dupla que con sus goles terminaron por llevar a la gloria al Atlante.

Para la ronda de Cuartos de Final el rival en turno fue el Dynamo de Houston, en el juego de ida el equipo sacó un valioso empate de los Estados Unidos, el juego de visitante es el primer criterio de desempate en el torneo y eso le permitió a los azulgranas encarar la vuelta con una mayor tranquilidad. En el juego decisivo parecía que los cancunenses tendrían un partido muy complicado, pero no fue así, la realidad fue distinta y el conjunto atlantista se impuso con categoría, 3-0 fue el marcador de aquella noche en la que Navarro, Márquez y Maldonado le dieron el triunfo a los de casa.

En semifinales el rival en turno era Santos, el primer mexicano que le tocaba en la competencia y de nueva cuenta le tocaba iniciar visitando la eliminatoria. En el estadio Corona el Atlante salió raspado, perdió 2-1 y eso le daba una ligera ventaja a los coahuilenses, sin embargo, el gol que anotó Gaby Pereyra fue fundamental, ya que eso permitió a los atlantistas manejar de mejor forma el juego de vuelta, puesto que un triunfo por un gol le bastaba a los azulgranas para amarrar su pase a la final.

Fue entonces que vino la noche de consagración para Rafael Márquez, el delantero mexicano que llegó al Atlante con sed de revancha y que con dos goles le dio el triunfo a los cancunenses, 3-1 terminó el encuentro aquel 8 de abril de 2009 y con eso el Mundial de Clubes estaba más cerca que nunca, el conjunto azulgrana estaba en la final de la Concachampions y tendría que enfrentar a un viejo conocido, al mismo Cruz Azul que un año antes había sido uno de los obstáculos que los dirigidos del Profe Cruz tuvieron que sortear en Liguilla para coronarse campeones en el Apertura 2007.

Las llaves estaban del lado atlantista, la final de vuelta también habría de realizarse en el estadio Andrés Quintana Roo y la mesa estaba puesta para otra gran proeza atlantista. El juego de ida en el estadio Azul se llevó a cabo el miércoles 22 de abril ante una gran entrada azulgrana, esa misma vieja guardia que lloró la partida del equipo a Cancún, pero que en dos ocasiones tuvo la oportunidad de volver a ver a su equipo disputando una final en la que fuera su ciudad, primero contra Pumas en la liga y posteriormente contra la Máquina en la Liga de Campeones de la Concacaf.

Y el Atlante no quiso esperar, un primer tiempo le bastó para sentenciar la eliminatoria, 45 minutos fueron suficientes para marcar una diferencia que al final fue inalcanzable para el rival. De hecho, fueron siete los minutos que los cancunenses necesitaron para matar a los celestes. Fernando Navarro culminó una Concachampions de ensueño y fue el encargado de abrir el marcador al minuto 17, mientras que Rafael Márquez al minuto 24 se encargó de poner cifras definitivas.

Tras el juego de ida y con la ventaja de dos goles de visitante se presagiaban una vuelta hasta cierto punto sencilla para los dirigidos del Profe. Y así fue, de nada le sirvió a Cruz Azul que el juego definitivo se haya pospuesto a causa de la crisis provocada por la influenza hasta el 12 de mayo, Atlante tenía muy claro que el objetivo era Abu Dhabi y no pensaban dejarlo ir.

Al final el sueño se cumplió, Cruz Azul lo intentó pero no pudo, Atlante fue inteligente y supo cumplir con su trabajo, el juego de vuelta terminó sin goles y con ello se escribió la historia, Cancún volvió a ser testigo de un título azulgrana que sirvió para consolidar el romance, ese que nació desde el 2007 que el equipo se mudó al Caribe y que ahora busca en los Emiratos Árabes Unidos seguir creciendo de la mano de sus logros y la obtención de títulos.

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Ernesto Reyes en Atlante Tv

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